Wilson Aravena Hevia (47) es ingeniero por partida doble: en Geomensura y también en Construcción. Hijo de la educación pública y ligado profesionalmente -durante la última década- a la educación, es hoy el nuevo subdirector de Planificación y Control de Gestión de SLEP de Valparaíso.

Con 24 años de experiencia laboral ha sido administrador de contrato, gerente de proyectos, gerente de construcción, encargado de planificación y control de gestión, director de infraestructura y, lo más reciente, subdirector de Infraestructura y Mantenimiento en SLEP de Punilla-Cordillera (Región del Maule).

“Siempre me ha gustado la planificación y control, porque desde esa base uno puede demostrar lo que ha aprendido a través de los años como ingeniero. Parámetros, indicadores que cumplir y parámetros estructurados con metas alcanzables. Esos aspectos me apasionan, además de ver un terreno donde no hay nada y luego, en dos o tres años, ver una construcción enorme, sobre todo en educación”, confeso Aravena, quien actualmente está terminando un doctorado en Sostenibilidad.

Estuvo en la Universidad Austral de Valdivia cerca de 8 años y el trabajo era muy similar al de ahora; a cargo de todos los proyectos de infraestructura de inversión, asociado al área de presupuesto. “Pero me devolví, postulé por concurso y estuve en el SLEP de Punilla, tuve muy buena evaluación allá, pero luego gané concurso en Valparaíso y vine, porque yo vivo de Viña del Mar”, cuenta sobre su llegada al puerto.

Sobre qué podrían esperar las comunidades de su trabajo, asegura que se considera “un profesional súper responsable y comprometido con la gestión. Creo tener muchas habilidades blandas, que me facilitan conversar con las personas, llegar a acuerdos, consensuar. Uno como directivo está delante de un trabajo que es de todos y todas, yo necesito a los demás para mejorar la gestión. Intento tener un liderazgo participativo con el equipo para sacar adelante las tareas; trabajar unidos, en bloque. Soy una persona muy leal y transparente”.

“Como subdirector, pretendo dar lo mejor de mí al Servicio. Es un trabajo colaborativo y las comunidades y nosotros tenemos que enfocarnos en la misma meta y trabajar juntos. No estamos en veredas opuestas, hay que trabajar entre todos para sacar adelante la educación pública”, confesó.

Sobre su mirada al trabajo y el futuro, estima que “la educación pública no solo es atender estudiantes, es comunitaria. Yo en los años de trabajo he cooperado con muchas comunidades y hay que tener un sentido colaborativo, porque muchas de las decisiones que uno toma en planificación e infraestructura, tiene que considerar las retroalimentaciones del territorio. Desde esa base parto mi trabajo, conversar con la gente y de ahí proyectar qué es lo que es necesario en SLEP y ahí transmitirlo al equipo para cubrir las necesidades. Sabemos que las necesidades son infinitas, pero de esta forma el trabajo se hace más llevadero”.