Tres profesores del Colegio Pablo Neruda de Valparaíso fueron parte de una propuesta de experiencias compartidas a nivel regional, organizada por universidades y el CPEIP del Ministerio de Educación.

Involucrar a la comunidad, abrir espacios de democracia y ser responsables con las capacidades de acción. Esas son parte de algunas de las convicciones que tres profesores del Colegio Pablo Neruda, de nuestro puerto, entregaron a decenas de colegas en encuentros organizados por las universidades de Valparaíso y Playa Ancha en conjunto las seremis de Educación y Salud y el CPEIP del Ministerio de Educación.

Más que charlas magistrales, una oportunidad de encuentro y de compartir experiencias en un año que ha sido difícil en todo el país, tras el retorno a la presencialidad obligatoria. Así fueron las diferentes relatorías que el grupo de docentes realizó en diferentes comunas de la región, en el marco de la política de reactivación educativa integral “Seamos Comunidad”.

“Nosotros no llegábamos diciendo ‘les vamos a enseñar esto’, les decíamos, ‘no tenemos una varita mágica ni somos superhéroes para poder solucionar todo, pero en conjunto vamos a construir estrategias y vamos a aprender de las experiencias de todos nosotros’. Entonces nosotros más que talleristas, éramos facilitadores, y construíamos en conjunto este nuevo conocimiento de manera colaborativa. Nosotros sabemos la realidad y los que trabajamos en las escuelas necesitamos esos espacios de catarsis”, aseguró José Carvajal, monitor covid del establecimiento educacional.

Complementó con que “las escuelas actúan de forma muy intuitiva, solucionando problemas en el día a día, ‘apagando incendios’, entonces estos talleres buscaban dar herramientas para dar un hilo conductor y un enfoque preventivo y formativo de la convivencia escolar. Cuando dábamos ese punto, enganchábamos con los colegas”.

Camila Mendoza, coordinadora de orientación en el establecimiento, añadió que “lo importante fue empatizar, porque nosotros vivimos experiencias similares, entonces hubo una cercanía. Nos llamó la atención que hay comunas donde la convivencia escolar es importante, pero no tiene el puesto que debiese tener. En otras comunas hay dificultades económicas, profesores que de su bolsillo incurren en gastos para salir de esta problemática”.

Viña, La Ligua, Chincolco, El Tabo, Con Cón, San Felipe y Los Andes fueron algunas de las comunas visitadas en los talleres de “Salud mental bienestar socioemocional y autocuidado” y “Convivencia escolar”; y en cada encuentro participaban varios establecimientos.

“A mí lo que me gusta recalcar fue el compartir nuestra experiencia con los colegas. Se nos invita a participar no para llegar a presentar una teoría y hacer una charla magistral, sino que somos profesores de aula, que estamos en el sistema y conocemos su realidad y eso nos da una amplitud que se reconoció mucho, entonces desde ahí las expectativas de quienes acudían era justamente eso”, aseguró Carvajal.

Lenguaje común

Diego Barría, encargado de Convivencia Escolar de la Escuela Pablo Neruda expresó que “si bien había una planificación de parte de quien diseñó estos talleres, en distintas reuniones de articulación que tuvimos, pudimos ir planteando ciertas sugerencias y modificaciones dado que, como profesores que estamos dentro de la sala de clases, tenemos una visión un poco más amplia y es por ello que , si bien respetamos ciertos contenidos como la política nacional de convivencia, sí pudimos realizar ciertas actividades para hacer un contenido más lúdico y atractivo permitía que los participantes estuvieran a todo momento motivados con la instancia”.

Consultado sobre las claves para manejar una convivencia que, hoy por hoy, se presenta compleja en los establecimientos, Barría aclara que no existe magia para resolver, pero que “lo más importante es tener un lenguaje en común, tener un criterio de trabajo que sea uniforme para todas las unidades educativas, con un liderazgo que convoque y que sea facilitador de estas mejoras… La convivencia no debería verse desde un enfoque reactivo, sino que debería posicionarse de manera preventiva, pero debe ser un trabajo articulado de la comunidad, porque no solamente debe ser llevado por los equipos de convivencia, son importantes todos: desde el sostenedor hasta el último integrante que llegó a cualquier unidad educativa”.

Reflexiones compartidas

En una mirada de compartir con sus colegas de SLEP, José Carvajal cree que “muchas veces hay problemas estructurales, es una realidad. La invitación es que los equipos de convivencia se sinceren y digan qué se puede hacer, y a partir de ahí ir creciendo progresivamente. No se trata de transformar toda la estructura desde una, porque al final terminas chocando con resistencias. Hay que partir de un punto y ponerse metas reales”.

«Ojalá pudiéramos comprender que la convivencia no está reducida al conflicto, sino que la convivencia la hacemos todos. Y esa es una frase muy linda, y slogan, pero es una realidad. Vaya que cambian las dinámicas de las escuelas cuando las puertas se abren y tenemos que comenzar a confiar en nuestra comunidad, darle el rol que nuestros asistentes de la educación se merecen, ellos son nuestros ojos donde nosotros no estamos. Abrirle las puertas a los apoderados, tenemos que convocar a los apoderados a las escuelas, generar las instancias, porque a veces nos quejamos que no participan, pero ¿cuántas oportunidades le estamos otorgando a ellos? Ese es uno de los desafíos de la convivencia escolar: no solo gestionar los conflictos o diferencias que ocurren, sino ver de qué manera convocamos a todos los estamentos de la comunidad educativa”, aporta por su parte Barría.

En tanto Camila Mendoza hizo una invitación a los colegios de Valparaíso “a conformar redes, es sumamente importante. Creo que nosotros visualizamos eso en otras comunas y creo que los colegios o escuelas de Valparaíso podemos formar esa red para poder colaborarnos cuando se necesita y también aprender del otro. Hay escuelas alrededor y podemos compartir prácticas, es muy importante”. Aprovechó también para agradecer “a la comunidad del Colegio Pablo Neruda, porque facilitaron todos los procesos para que pudiésemos participar en estos talleres”.

Sobre este último punto su directora, Evelyn Pérez, explicó que llevan en el establecimiento llevan “más de 10 años trabajando en la temática de convivencia y lo que se ha trabajado es gracias a un equipo que se ha potenciado, viendo qué temas instalar en el aula. En relación al trabajo que nuestros docentes realizaron para otros establecimientos, es un orgullo y esto potencia al equipo y los empuja a que pueda realizar actividades que les sirve para su área profesional, pero también muestra el trabajo que este colegio ha hecho durante todos estos años”.