Estudiantes de 4 a 9 años podrán vivir la experiencia durante 45 minutos, al menos una vez por semana, lo que impactará directamente en su desarrollo psicomotor y aprendizaje pedagógico.
La alegría de los niños fue inmensa al inaugurar un lugar especial para ellos, con material para expresar sus emociones y tener la libertad de gritar, reír y jugar con sus compañeros.
“Para nosotros es muy importante concretar este espacio, es un anhelo que teníamos hace tiempo, el año ha sido muy complejo, hemos tenido que priorizar otras cosas, es por eso que quizás a esta altura del año es un poco tarde, sin embargo, era ahora o esperar al próximo año, pero esto va en directo beneficio de los niños, sus caritas nos reflejan que fue la mejor decisión, si bien no es el mejor espacio, es un poco reducido, permiten que comiencen explorar la psicomotricidad que lo que busca es la expresión y el desarrollo del esquema corporal de manera libre, a diferencia de lo que es la educación física y como esto es la base para poder desarrollar otras habilidades emocionales, cognitivas de los chiquititos, así que estamos muy felices, queremos proyectar este espacio a un 2023 en otro lugar del establecimiento, un poco más amplio, pero estamos muy felices, aunque nos queden poquitas semanas para terminar el año”, explicó la directora del establecimiento, Pía Moraga.
Por su parte, la Educadora de Párvulos Elizabeth Ibaceta, se emocionó al ver la concreción de este importante proyecto.
“Mira esto es como un sueño, que tiene que ver con que hace tiempo nos estábamos dando cuenta que los niños tenían que aprender de otra forma, tuve la oportunidad de ser capacitada por la UMCE el año 2019 – 2020 y el 2021 con este proyecto que se llama “corporalidad y movimiento” que nos invita a ser mediadores, más de lo que somos actualmente, donde el docente pasa a entregar una experiencia de aprendizaje, pero no a enseñar cómo se vive esta experiencia, esa es la diferencia, entonces hoy día nuestros niños construyen su aprendizaje a través de la corporalidad y el movimiento a través de esta sala maravillosa, porque hoy día los niños sobre todo, con toda la experiencia pandémica que vivimos están con un desarrollo motor bastante complejo, que no estábamos acostumbrados y uno podría decir que tiene que ver el desarrollo sicomotor con las demás áreas y ahí es donde uno hace la conexión, porque la psicomotricidad es: libertad, es construcción, es destrucción también, pero es la base para que los niños tengan un conocimiento de su propio cuerpo, y al entender su propio cuerpo, se sientan las primeras bases para el desarrollo de las habilidades del lenguaje, tanto como de las matemáticas, un niño que no sabe mover sus manos o sus pies, difícilmente va poder elaborar alguna operación matemática, entonces la psicomotricidad nos da las bases para tener un desarrollo integral de los niños acorde a su madurez”, señaló.
Nuevo paradigma
“Lo más importante de esta experiencia, es que está basada en los derechos de los niños, juegan y además estamos fortaleciendo: la creatividad, la expresión de sus sentimientos a través de todo el cuerpo, porque nosotros nos acostumbramos a quedarnos en la expresión de sentimientos solamente verbal, pero antes de la verbalización debe haber cuerpo, entonces también hay un cambio de paradigma y es ahí donde los educadores estamos llamados a ser mediadores, facilitadores y lo más importante aprender a observar para poder ofrecer experiencias de aprendizajes que permitan ofrecer todo lo dicho anteriormente”, agregó Elizabeth.