En colaboración con la ONG Good Neighbors, los establecimientos Montedónido y Reino de Suecia fueron parte de talleres de robótica que finalizarán con una gran presentación nacional en Santiago.

Robots con diversas funcionalidades, hechos por estudiantes de enseñanza básica con la técnica de legos, podrían sorprender a cualquiera. Se trata, por supuesto, de un desarrollo de habilidades tecnológicas increíbles, sin embargo, el principal valor está más allá de los ensamblajes, motores y cables.

Solidaridad, trabajo en equipo, resolución pacífica de conflictos y respeto ante todo son algunos de los valores que aprendieron decenas de niños de la Escuela Montedónico y el Centro Educativo Reino de Suecia gracias a talleres impartidos por la ONG Good Neighbors, en su sede Valparaíso.

Al momento del término del proceso, que duró cerca de 6 meses, Paula Ruiz, directora de la organización a nivel local, expresa que “los resultados fueron hermosos, el taller tuvo mucha relevancia para la escuela ya que los niños reforzaron un montón su trabajo en equipo”.

“Estamos muy contentos con el resultado de los talleres de Robótica en ambas escuelas, pero sobre todo estamos satisfechos con el proceso, ya que los y las estudiantes demostraron a través del tiempo ir adquiriendo habilidades de trabajo en grupo, autonomía y creatividad. En Centro de Educativo Reino de Suecia el trabajo colaborativo se vio muy reforzado, pudiendo llegar a hacer grupos de trabajo estables, cuando podíamos observar que en un principio había dificultades para trabajar en grupo. Por otro lado, en Escuela Montedónico los chicos y las chicas se destacaron enormemente por ser autodidactas y armar robots muy complejos casi sin instrucciones o sólo basándose en fotos, y aún así, a través del ingenio y la creatividad, lograron llegar a resultados muy buenos”, detalló.

Felipe Ahumada, director de la Escuela Montedónico, cuenta que el vínculo con GN nació en 2021 tras una iniciativa de reciclatón donde fueron visitados en el establecimiento. “Cuando vinieron aquí quedaron encantados con la escuela y pudimos traspasarles lo que nosotros hacíamos. Entonces todo 2021 trabajamos con ellos con lo de reciclatón y quedamos en una especie de cooperación y nos invitaron a seguir participando este 2022con dos talleres: robótica y cine”.

Ya este año la alianza se incorporó en la planificación institucional con el fin de ampliar la gama de posibilidades que se ofrece a los estudiantes para complementar su formación integral.

“Ahora llegamos a esta instancia, donde se empieza a visualizar el término de este taller que ha tenido un éxito rotundo para nosotros, porque pese al nombre y que hay un trabajo técnico detrás, los objetivos propios de esa actividad se enmarcan en el mejorar las relaciones de convivencia en los estudiantes, que tengan la capacidad de compartir, aprender a resolver conflictos y en ese sentido se ha cumplido con creces esa labor”, relata.

“Estos talleres no son un premio, se trata de que los estudiantes no tengan tiempo para que caigan en cosas que sean nocivas para su formación: como estar en bandas en las calles, grupos de amistades no apropiadas… Entonces ahí es donde nosotros intentamos traspasar esta apuesta de que los estudiantes tienen que participar de estas actividades, porque son de su interés y están enfocadas especialmente en fortalecer vínculos y que aprendan a respetarse unos con otros y aprendan a resolver conflictos. Eso se ve de forma inmediata en un año escolar, por ejemplo, aquí los niños juegan al pillar desde tercero básico hacia arriba, entonces cuando se dan esas cosas, uno ve lo que hay detrás”, complementó Ahumada.

Al finalizar su aprendizaje Catalina Castillo, estudiante de cuarto básico de la Escuela Montedónico dio su veredicto a la experiencia: “Me han gustado los talleres porque aprendemos muchas cosas, yo no conocía nada de robótica, aunque sí había visto algo. A mis compañeros les ha gustado mucho, porque además hemos aprendido a portarnos bien, aprender a hacer cosas con las manos y estar compartiendo. La gente que vino a hacernos los talleres nos trató muy bien y nos cuidan”.

Por su parte su compañero de sexto básico, Jesús Arancibia, relató que fue todo nuevo pero gratificante. “Ha sido muy entretenido para mí, yo nunca había hecho algo como esto y lo más entretenido fue que hice un robot, que costó harto, pero lo terminamos y lo pudimos presentar en la biblioteca. Yo hice un camión que sirve para cargar cosas, pero además para que la persona que carga se sienta seguro y no piense que le van a robar”.

Desde el Centro Educativo Reino de Suecia la docente tutora, Constanza Fernández, comentó que “la experiencia vivida por el Centro Educativo, en los cursos 5º-6º y 7º A, fue enriquecedora, primero que todo porque acerca a los y las estudiantes a temáticas jamás antes vistas con materiales atractivos e innovadores”.

Agregó que los monitores (Alfredo y Paula) “fueron en todo muy empáticos, comprometidos y responsables en gestionar siempre las sesiones, dar lo mejor de sí y mantener un canal de comunicación activo y fluido. Tuvieron excelente llegada con los y las estudiantes, creando un ambiente súper acogedor y de confianza cada lunes”.

Coincidente con el diagnóstico de Montedónico, aseguró que “es muy importante recalcar que el desarrollo de habilidades mediante robótica, potencia la creatividad, el reconocimiento de emociones y el trabajo en equipo entre los distintos cursos, permitió afiatar lazos y conocerse aún más en un contexto distinto (…) Estamos muy felices de haber podido participar en este proyecto”.

ASantiago los boletos

Junto al cierre de los talleres, ahora los alumnos se preparan para la presentación de sus robots en un encuentro que se desarrollará en Santiago el próximo martes 4 de octubre en el Gimnasio Municipal de Cerro Navia.

“Nosotros tenemos la necesidad latente y diaria de poder destacar las cosas positivas que aquí pasan en esta pequeña parte de Valparaíso, porque siempre se destaca lo negativo y queremos cambiar eso, que también se le dé espacio a estas cosas que también existen y algunas se hacen en la escuela”, afirma el director de la Escuela Montedónico.

Sobre las habilidades tecnológicas adquiridas, Ruiz comentó que “el armado de robots y posterior programación es una actividad compleja, que requiere de compromiso y concentración y al final del curso, pudimos observar que a nivel técnico, niñas y niños se manejaban con mucha fluidez en ambas cosas pudiendo generar resultados de muy buen nivel”.